LA ÉTICA COMO VOLUNTAD DEL BUEN OBRAR

(Ethics as the will of good work)

Jesús Gragirena. ORCID: 0000-0001-6543-916X

Diplomado en Filosofía, Centro de Filosofía para la Investigación Stanislao Strba. Universidad de Carabobo

correo electrónico: gragirenajesus@gmail.com

Resumen

El hombre se va estructurando en la vida debido a que es un ser social. Aprende y asimila las normas sociales y construye su moral mediante la interacción social, la cual le permitirá distinguir el bien del mal. Reflexionando sobre su hacer, en tanto que observa y es observado, interpreta sus acciones y las valora como un ser racional. El individuo se debe a su axiología, basándose y brindando valor a la conducta moral, social, cívica y jurídica, logrando ser un sujeto ético. La persona siempre tendrá un comportamiento ético cuando obre conforme al bien en su contexto, el cual proyectará a su vida futura en toda su dimensión social – colectiva.

Palabras clave: ética, moral, ethos, felicidad, virtud.

Abstract

The man is structured in his way of life as a social being. He learns and assimilates social norms and builds his morale through social interaction, which will allow him to distinguish right from wrong. Reflecting on his doing, as he observes and is observed, he interprets his actions and values them as a rational being. The individual is due to his axiology, providing value to moral, social, civic and legal conduct, managing to be an ethical subject. The person will always have an ethical behavior when he acts according to the good in his context, which will project his future life in all its social dimension.

Key words: ethics, morals, ethos, happiness, virtue.

Introducción

La ética es la reflexión sobre el obrar, el hacer, es la propia interpretación valorativa del comportamiento humano en la vida social, orientando al hombre hacia la consecución de la felicidad mediante la realización de una vida plena. Todo lo que el hombre busca es bienestar y felicidad, y lo encontrará en su hacer diario. 

Platón interpreta el bien como una idea genérica y universal, “el bien más allá del ser”, el bien está en todas las cosas. Los valores son cualidades del hombre para acercarse al bien mediante su práctica, son ideas morales universales, ya que son válidas para un individuo y de igual forma para muchos individuos. Como ser social el hombre aprende de si en la interacción con otros individuos, asimilará de las reglas y normas sociales, las internalizará para llevarlas a la practica en el recorrido de su existencia. Distinguiendo el bien del mal podrá entonces elegir el camino que desea recorrer y la vida que quiera vivir.

Análisis-disertación

De acuerdo con Pérez (2021) “El hombre como ser racional valora su conducta y se ajusta a las normas sociales. Por lo que el comportamiento ético es único del ser humano, y que además aspira a lograr la felicidad”. Teniendo en cuenta que la felicidad se logra alcanzando el ideal de vida que se ha propuesto la plenitud y realización de su propio ser. (Pérez J, 2021). Cada persona debe encontrar en su proyecto de vida el ideal que desea conseguir para si mismo, y procura en sus obras la plenitud de su existencia.

El hombre se va estructurando en su mundo de vida debido a que es un ser social y su interacción le permite reflexionar sobre el hacer, en tanto que observa y es observado, interpreta sus acciones y las valora como un ser racional que es, ajustándose a las normas sociales y leyes, para alcanzar su fin de búsqueda de plenitud y felicidad en todos sus posibles ámbitos de vida. Pérez (2021) menciona que “la persona humana jurídicamente considerada, es el ser capaz de adquirir derechos y de contraer obligaciones”, por lo dicho el individuo se debe a su axiología, basándose y brindando valor a la conducta moral, social, cívica y jurídica, logrando ser un sujeto ético.

Pérez (2021) recuerda que la “axiología personalista considera que la persona humana individual teniendo conciencia y dignidad, es un fin en sí mismo, no es un medio para otros fines”. Al estar en bien en todas las esferas personalistas y transpersonal es estar en el logro de la plenitud y la felicidad, y que siendo un hombre ético muestra normas para sus propias conductas. Toda persona aspira la felicidad la cual debe proyectar su propio ideal de vida que se ha propuesto realizar para su propio ser en el bien.

Según Lascaris (1975), “La ética, incluye todos nuestros conocimientos sobre las actividades del hombre; lo que el hombre es, lo que produce, lo que no está en la naturaleza, y por tanto, no forma parte de la física, por ser el hombre quien lo hace”. Por lo que la filosofía de la conducta trata de la acción y las normas que se rigen, complementando el obrar, al reaccionar de las cosas que se manifiestan en el conocimiento, teniendo en cuenta que la misma filosofía del conocimiento se ocupa del fenómeno que se da en la mente del humano y que se relaciona con las cosas exteriores. 

De igual manera, Lascaris (1975) percibe la ética aristotélica como: “un estudio del bien humano moral. El bien consiste en la felicidad. Mas no todos los hombres aciertan con la esencia de la felicidad. Para algunos la felicidad radica en el placer; para otros, en la virtud”. Teniendo claro que la virtud es el hábito de obrar el bien, el cual es dirigido por la razón y adquirido por el esfuerzo y la voluntad.

Aristóteles (1997), menciona “La felicidad no puede acompañar nunca al vicio; así el Estado, como el hombre, no prosperan sino a condición de ser virtuosos y prudentes; y el valor, la prudencia y la virtud se producen en el Estado con la misma extensión y con las mismas formas que en el individuo; y por lo mismo que el individuo las posee es por lo que se le llama justo, sabio y templado”. Es allí, donde la definición de felicidad no significa un estado de placer cargado de percepciones y sensibilidad, sino: “La condición mejor de aquel cuyo espíritu o genio (daimon) está bien (eu-daimond), por eso debe entenderse como “condición ideal” que denota la superioridad de las virtudes intelectuales sobre las virtudes morales (…) La prudencia, que es la última por su rango de las virtudes intelectuales, es la que señala y prescribe, en cada circunstancia concreta, cómo debe ejercerse la acción moral que pueda ser calificada de virtuosa. 

La prudencia define el término medio, constituyendo el agente de enlace entre la inteligencia y el carácter (Aristóteles, 1999). Tal y como lo indica Flores, (2005) “Los placeres sensibles carecen de valor moral. Más aún, los considera la antítesis del bien. Por lo tanto, la vida de la inteligencia es la más divina, y el hombre, aunque no pueda alcanzarla en la Tierra, debe buscarla.

La teoría del conocimiento se pregunta sobre el conocimiento en general, que, además, entre el sujeto y el objeto existe la acción, que es el obrar que está sujeto a normas y que la licitud o moralidad de los actos y su fundamento los estudia la ética. (Lascaris, T, 1975). En tanto que la evaluación y reflexión de los actos en base a los conocimientos permite regular las acciones y aprender de los errores propios y ajenos.

Para Cortina (1996) Las funciones de la ética corresponden a una triple función: “1) aclarar que es lo moral, cuáles son sus rasgos específicos: 2) fundamentar la moralidad, es decir, tratar de averiguar cuáles son las razones por las que tiene sentido que los seres humanos se esfuercen en vivir moralmente; y, 3) aplicar a los distintos ámbitos de la vida social los resultados obtenidos en las dos primeras funciones, de manera que adopte en esos ámbitos sociales una moral crítica (es decir, racionalmente fundamentada), en lugar de un código moral dogmáticamente impuesto o de la ausencia de referentes morales”. 

López Aranguren (1955) nos señala que el objeto formal de la ética está en los hábitos, los actos de la persona y el ethos, entendiéndose este como “la personalidad o carácter” sea bueno o malo, a lo que Michel Foucault en su libro “La Hermenéutica del sujeto” en donde explica que el ethos del sujeto es la manera de actuar, el modo de existencia de un individuo. El ethopoios es algo que tiene la cualidad de transformar el modo de ser de una persona (Foucault, 2009).

En cuanto al saber, según Foucault (2009:233) afirma que cuando “el conocimiento del mundo es perfectamente útil: puede fabricar el ethos (el conocimiento de los otros igualmente, y también el conocimiento de los dioses), y de ese modo marca, se forma, se caracteriza lo que debe ser el conocimiento útil al hombre”. Es decir, si el conocimiento está al servicio del bien del hombre y de la humanidad, entonces es útil, e lo contrario no es ético.

Consideraciones finales 

La persona siempre tendrá un comportamiento ético cuando obre conforme al bien en su contexto, valga decir, en todas las dimensiones que le corresponde tales como: padre, hijo, hermano, amigo, trabajador, ciudadano, empleado, etc. Este bien lo proyectará a su vida futura en toda su dimensión social colectiva, teniendo en cuenta que la vida de la persona es completamente social.

La moral y la ética, por ende, es aprendida, es el resultado de la reflexión y el aprendizaje producto de la interacción social en pro de la convivencia y la plenitud del ser. el conocimiento obtenido en su andar, debe estar al servicio del bien del hombre y de la humanidad, por lo que será útil. La voluntad de hacer el bien enmarca el camino del hombre en su interpretación de la moral. El resultado de sus acciones y decisiones son las que permite replantearse su conducta presente y futura.

Referencias

Lascaris, T. (1975). Introducción al filosofar y filosofía griega. Universidad de Carabobo. Ediciones de la Dirección de Cultura. Valencia, estado Carabobo. 

Aristóteles (1997). Política. Vigésima edición. Ediciones Espasa. Madrid, España.

Foucault, M. (2009). La Hermenéutica del sujeto. Primera edición. Fondo de Cultura Económica. Buenas Aires, Argentina.

Dussel, E. D. (1977). Filosofía ética latinoamericana.

Pérez, J. (2021). Hombre estructuralmente ético. Video del módulo II. Antropología ética. Diplomado de Filosofía. CENFIS – FACE. Universidad de Carabobo. Venezuela.

Cortina, A. (1997). Una ética estructurista del carácter y la felicidad (Perfil zubiriano y aristotélico de la ética de Aranguren). Isegoría, (15), 93-107.

Flores, E. (2005). Elementos de ética, filosofía, política y derecho. Colección Minerva los Libros de El Nacional. Universidad Católica del Centro. Caracas Venezuela.

Cortina, A., Orts, A. C., & Navarro, E. M. (1996). Ética (Vol. 4). Ediciones Akal.
López Aranguren, J. L. (1955). El bien moral supremo. Anuario de filosofía del derecho, 19-46.

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