Un verdadero cambio

Es más difícil desintegrar un átomo que un prejuicio. Albert Einstein

Dice Stephen Covey: “Pero ya sea que el cambio de paradigma nos empuje en direcciones positivas o negativas, o que se produzca de modo instantáneo o gradual, determina que pasemos de una manera de ver el mundo a otra. Ese cambio genera poderosas transformaciones. Nuestros paradigmas, correctos o incorrectos, son la fuente de nuestras actitudes y conductas y, en última instancia, de nuestras relaciones con los demás”. Ver las cosas desde diferentes ámbitos nos obliga a realizar cambios importantes a nuestra vida.

Un cambio es la acción de transformar una cosa en otra, parecida o completamente diferente o también intercambiar alguna cosa por otra que se considera de un valor semejante. Pareciera que de esto se trata la vida.

El gran filosofo griego Aristóteles, pensó al respecto del cambio, distinguiendo en la naturaleza dos tipos:

• El cambio sustancial. Que supone alteraciones completas y radicales de las sustancias, como la generación del (nacimiento, gestación, germinación) y la corrupción como la muerte, decaimiento, pudrición.
• El cambio accidental. Que apenas altera un aspecto de las sustancias, dando o quitando características, pero dejando intacta y clara su esencia.

Dado esto este mismo filosofo, manifiesta cuatro posibles causas de todo cambio:

La causa material. Cuando se debe a mutaciones de la propia materia misma, la descomposición o la transformación interna de algo.

La causa formal. Cuando proviene de lo intrínseco o esencia misma e inalterada de la cosa, manifestándose como cambio de forma o de forma visiblemente aparente.

La causa eficiente. Cuando es consecuencia de la acción de algo sobre la materia, como un un escultor que esculpe el bloque de piedra, o el azúcar que cambia el sabor natural de café.

La causa final. Cuando la transformación se da con un fin determinado, cuando cambiamos las cosas o nosotros mismos para lograr un objetivo planteado.

Si queremos, pues, generar cambios en nuestra forma de gestionarnos: trabajar, relacionarnos con otros, tomar decisiones, aprender, asumir responsabilidad, lograr metas u objetivos, etc, necesitamos validar, revisar, ajustar, contextualizar nuestros sistemas y mapas, juicios y creencias. Todo cambio de conducta, hábitos y actitudes, va antecedido de un cambio en nuestras maneras de pensar y ver las cosas..

Lo cierto es que las personas no pueden avanzar más allá de su forma y manera de pensar. Nuestras creencias actúan como normas y guiones de vida, por lo que los cambios positivos siempre requerirán del marco marco de referencia de lo que hacemos y practicamos. Definitivamente Einstein tenia razón cuando afirmo que No podemos resolver los problemas en el mismo nivel de pensamiento que los creamos.

Mgs. Jesus Gragirena